En la fase del guión, descubrí quién era Poveda, intenté encontrarlo y al final me ha encontrado él a mi. Ha sido un proceso muy bonito. Sobre todo por la sorpresa de encontrarte con una persona de la talla de Poveda, con esas ideas y ese ímpetu. Además con el tesón que lo caracteriza. Por eso en la película se ve a alguien con un tesón por encima de lo normal. Es el rechazado de los rechazados. Muchas veces o siempre descartado, pero consigue superar las difíciles situaciones con las que se va a encontrar en su vida.
Era una persona con un gran sentido del humor y muchas veces solucionaba los inconvenientes, con grandes dosis de humor, de carisma. El personaje me fue ganando. Poveda me parece una persona con mucha vitalidad y energía. Alguien que en los momentos difíciles, en los que está en riesgo su Obra o su propia vida, siempre da una respuesta amable, conciliadora.
Al leer la historia de Poveda me encontré con una gran carga humana. Entonces pensé que una película sobre su vida tenía que contener esa carga humana. Teníamos que ver a ese personaje luchador, que muchas veces está por encima de las circunstancias y de su contexto. Mucha gente no comprendió a Poveda, fue rechazado incluso por los suyos. Es una persona que se tiene que ir del lugar donde trabajó en unos años de su juventud por celos e incomprensión, porque está llevando la labor pastoral a un nivel que creo que la Iglesia había olvidado con la deriva de los siglo. Hay algo muy evangélico en el trabajo que él desarrolla con los más pobres.
Después se percibe una transformación, en la madurez Poveda descubre un problema vergonzante para cualquier nación, - y para la España de principios de siglo lo era -, como son las altas tasas de analfabetismo, especialmente en las mujeres. Poveda decide poner remedio a eso.
Hay una parte muy controvertida que es el inicio de la Guerra Civil, momento en el que Poveda es martirizado. Pero Poveda perdona y es santo. No podíamos, en la película, ir en contra de la coherencia interna del personaje. No se podían narrar desde una perspectiva hiriente. Siempre tuvimos claro que teníamos que contar los hechos desde la conciliación, el perdón, la tolerancia, incluso desde la comprensión.
Pablo Moreno, guionista y director de la película POVEDA, 2016.