El Señor os bendiga y guarde, os de paz, fortaleza, prudencia, serenidad, y, sobre todo, confianza absoluta en su Providencia. Ya sé todo cuanto vais escribiendo y diciendo, y lo que se os contesta. Bien está que os informéis y que tengáis noticias, pero no os alarméis, porque estamos en unos momentos, en que aun los más tranquilos, carecen de la serenidad necesaria. Además se miente mucho, se exageran y desfiguran los hechos, y esto no con intención de mentir, ni de alarmar, sino contagiados y víctimas de los nervios en tensión casi constante. Descansad en los brazos amorosísimos de Jesús. El lo sabe todo y nos ama. Seamos fieles, vivamos muy unidos a Jesús, caminemos llevados de la mano de nuestra Madre y defendidos por el santo Patriarca que supo muy bien defender y conducir y librar a la Sagrada Familia...”